viernes, 22 de octubre de 2010

Manton de Manila

Pero bueno, al final llegamos a las costas filipinas y sus aguas, alucinantementes azules y transparentes, por eso hicimos caso a nuestro sudor y decidimos pegarnos un baño. Saltamos desde cualquier punto del barco, cuanto mas alto y peligroso mejor. El premio se lo llevaba quien cayera peor y saliera con una marca en la espalda o en el brazo. Al minuto se acerco una embarcación de la zona: son unos trimaranes a motor que van volando sobre el agua. Son las embarcaciones típicas de pesca, las hay desde modelos individuales hasta las familiares, donde va hasta la suegra con sus amigas. Nos vendió 10 Kg de pez volador por 10 Euros (nos pedían un euro y medio al principio). Esa noche cenamos pescaito frito.



La llegada a Manila fue otro espectáculo. No nos acostumbraremos a este tipo de recibimientos, por lo menos yo. Cientos de personas se agrupaban para hacernos fotos, otros nos deleitaban con sus bailes regionales, raros de cojones.Bandas de música, majorettes, niños haciendo bailes disfrazados, mejicanos con sus vestimentas... todo esto por la conmemoracion de los Galeones en Manila hace ya tres siglos. Cuando empecé a hablar con ellos todos me comentaban lo mismo, que la historia de los Galeones la tienen muy arraigada en su cultura y de repente ver un de verdad y meterse dentro era para ellos algo muy especial. Otra vez la cara de estas personas, la mirada perdida hacia los topes de los palos, analizando cada pequeño detalle y la sonrisa que finalmente dibujaban volvía a ponerme los pelos de punta. Algunos de ellos venían con unos documentos donde se reflejaba que eran descendientes dirtectos de algún Capitán de algún Galeón de la Ruta de Manila. Nunca hubiera pensado eso, pero se sienten muy orgullosos de nuestra llegada, de lo que les aportamos. Durante todos los días que estuvimos abiertos calculo que unas 15.000 personas pasaron a visitarlo. De hecho hubo momentos caóticos, imaginaros el barco a reventar, y de repente se presenta el Ministro de Comercio, con todo su séquito. Nosotros sin saber donde meterlo. Si con eso no era suficiente, metamos a una virgen que tenemos que llevar hacia Cebú. Toda la gente, con lo católica que es, besando a su ídolo por el camino. Como guinda final apareció el alcalde la la ciudad, y al ver a la gente haciendo cola no se le ocurrió nada mejor que decir:- venga todo el Mundo detro... el lió fue gordo, la gente sin poder moverse, la virgen por ahí y cuando parecía que había llegado a su máximo grado, aparece una orquesta, que lógicamente le dijimos que tocaran desde el muelle y una empresa de catering con las mesas... Os juro que se pensó en meternos dentro del barco, cerrarnos con llave y esperar a ver lo que había quedado del barco después de la “tormenta”.


La ciudad de Manila, como siempre en todos estos países asiáticos, contraste, muchismo chaval pidiendo por la calle, que no tienen nada, pero que las ganas de jugar no se las quitan. Les hacías una tontería y ya se olvidaban de pedir, solo querían jugar. Algo de comida era lo mejor que se les podia dar. Fuimos a Intramuros, la antigua ciudad española, donde se conservan muchas de las construcciones de cuando nosotros eramos los “conquistadores”... que duro decirlo. El trafico... usar la técnica de cerrar los ojos y cruzar. Existen varios medios de locomoción propios como el jeepy, un jeep transformado en furgoneta y el sidecar casero, no había ninguno igual. Todo superbarato hasta su extremo. La comida muy parecida a la española, desde lechón, callos, crema catalana, potajes... y bueno, lo mas gracioso, el idioma, el Tagalo: es su idioma original mezclado con 6000 palabras españolas y algunas inglesas. Hay veces que es mas fácil pedir algo en castellano que en ingles. Otra cosa curiosa es su geografía, ¡tienen mas de 7000 islas con marea baja! Y 75 dialectos diferentes. Nunca pensé que Filipinas fuera así, ya no se que país es el que me ha gustado mas, cada uno tiene sus cosas, este el paisaje sin olvidar a la gente. Vuelvo a repetir que nos han tratado como famosos, como héroes. Sera raro volver a casa y ser un don nadie (lo prefiero la verdad).

Ahora estamos de camino a Cebú, nuestro siguiente destino, una isla en la que pasaremos mas de dos semanas y pasaremos por tres puertos distintos. Lo que esta siendo increíble es el paisaje, decenas de islas semiabandonadas, con sus playas de arena blanca y aguas cristalinas...os juro que lo que llevo visto es como quedarse en una de esas islas y conquistarla.

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