domingo, 2 de mayo de 2010

A por el Canal de Suez

La navegación hacia Egipto fue muy tranquila, en poco más de un día ya nos encontrábamos en Port Said, esquivando barcos e intentando ponernos en contacto con el Control del Puerto. Una vez establecida la comunicación comienza lo bueno, me preguntan si tenemos tabaco… ¿Cómo? ¿Tabaco? Le decimos que no, pero seguidamente nos pone en contacto con el distribuidor para que negociásemos precios para comprar tabaco. Lógicamente en el barco había tabaco por todas partes, pero lo que ellos querían es que se les diera a los prácticos y de esa forma pagarles un extra. Al distribuidor le decimos que a qué precio nos lo vende, y ahí viene el tangazo, 800 euros por una caja de 24 cartones. Seguimos con nuestra negativa.Seguimos acercándonos al puerto y al rato se acerca la embarcación del practico diciéndonos que no sube si no le damos el tabaco que le corresponde. Momento de tensión ya que sin él no podemos atracar. Al final recogemos tabaco de toda la tripulación y se lo damos, casi escupiéndole por mafioso. Por si fuese poco, al terminar le pregunta el practico al capi que eso no es suficiente y que le de dinero… hay que ser chungo para actuar de esa forma, pero también hay que pensar que estamos en otro país, otras costumbres, hay que lidiarlas como se pueda y sabemos que esto no va a quedarse así.Una vez atracados comienza la segunda parte de “Si quieres agobiarte, ven a Egipto en barco”. Comienzan a subir personajes de todo tipo exigiendo papeles, copias, copias de copias y lo mejor, nos obligan a embarcar una embarcación mas por la cara, aparte de 3 tipos a cual más chunguele. Un supuesto electricista y dos amarradores que empezaron a exigir casi camarotes de 5 estrellas y mil cosas más. Esa noche acabamos, como decirlo suavemente, hasta los huevos de esa gente, después de pedir mil historias resulto que realmente nos les era necesario, solo era para aparentar ser mas. Lo dicho, estamos en otra cultura. Por fin salimos del puerto a las 3.00 hacia el canal de Suez. Yo me moría de sueño y me dolía la cabeza de tanto vociferio y de tantas triquiñuelas que nos intentaron hacer.


Al día siguiente la imagen de levantarme y ver que estamos navegando por un “rio” en medio del desierto fue para quedarse con la boca desencajada. La manera que se tiene para cruzar el canal es por convoyes, cada cierta hora te unes a uno para que no te encuentres a ninguno de cara. El nuestro llego al fin al lago Bitter, donde hay que esperar a los que vienen nos dejen el canal libre. Ahí nos dimos cuenta la misión de esos 3 tripulantes extras, montaron un mercadillo de objetos a cual más hortera para vendernos, cada vez que pasaba se escuchaba, -¡eh amigo!... pesaditos los tíos. Eso sí, las risas que tuvimos a su costa cada vez que pasaban por la cocina y se dejaban la cabeza en las vigas del techo no tienen nombre. Un rato de espera y otra vez en marcha. Teníamos que fondear en Suez, al final del canal, pero no todo podía ir bien, el viento empezó a soplar y cuando nos dimos cuenta el barco estaba garreando, es decir, el ancla “patina” por el fondo. Pues si echamos el ancla a las 23.00, hasta las 4.00 no paramos de intentar agarrarnos al fondo, uno intento tras otro fracasado. Al final se opto por no echar el ancla y dar vueltas por la bahía, pero cuando las cosas van mal, siempre puede ir peor, y así fue, cuando estábamos recogiendo el ancla para estibarla en cubierta, ¡tachan! Habíamos pescado, ¿el qué? Pues una red con todos sus complementos, otra hora cortando trozo a trozo la mierda que se nos había enredado, con cable de acero, neumáticos, vamos un bodegón digno de foto.
A las 8.00 me despertaron para hacer el relevo, y el día se había calmado completamente y solo faltaba que las mujeres de los VIP del barco se fueran para continuar nuestra expedición hacia el Mar Rojo. Según vamos bajando el calor cada vez es más notorio, los churretones de sudor son cada vez más caudalosos, y todavía hará mas calor, solo acabamos de bajar, estamos en Latitud 30 Norte y Singapur esta en 1 Norte… La tarde cae y comienza a soplar el viento, como una bala salimos del golfo de Suez y hay que darse prisa porque la Cámara de Comercio Internacional quiere que estemos antes del 15 de junio en Shanghái. Los días van pasando y ya hemos pasado el Trópico de Cáncer y para celebrarlo pescamos un bonito de 3 Kg, ahora necesitamos 32 más para celebrarlo.

3 comentarios:

  1. Manu tio !
    Esta vez si que he flipado con las 3 últimas historias. Te imagino y me parto, que pasada.
    Sigue disfrutando. Como siempre, es una pasada leerte.
    Cúidate. Abrasus
    Salva

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  2. Que grande! Me gustaría verte... Manu en acción!!

    Baci

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